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viernes, 30 de abril de 2010

Elba Esther y el SNTE. Cínicos e insaciables

Ricardo Alemán
Itinerario Político


El bulto, Rafael Ochoa, parodia a la profesora. Educación que no importa a nadie; pura demagogia.

México, D.F.; 20 de Abril de 2010.- Cuando la calidad de la educación pública en México vive su peor momento, la profesora Elba Esther Gordillo se aventó la puntada —en el clímax del cinismo—, de retar a instituciones y personas a demostrar lo que todos saben; que la corrupta camarilla sindical es responsable de la crisis en la educación.
¿De veras seguirá viviendo Gordillo en la época del T-Rex? Parece que sí. Pero no fue todo, en conferencia de prensa, además de la propietaria del SNTE habló el dirigente de palo; el bulto Rafael Ochoa —al que adorna el cargo de secretario general—, quien acuñó una frase para la historia. Dijo: “no somos un gremio de insaciables sino de trabajadores que se comprometen a elevar la calidad y la eficiencia”.
¿Se habrá dado cuenta Rafael Ochoa que parodió el mejor diagnóstico la realidad de esa mafia que es la dirigencia del SNTE? Y es que si a nadie se le había ocurrido, Ochoa explicó puntual el diagnóstico que hacen miles sobre el SNTE; “gremio de insaciables”. ¿A poco no le queda como anillo al dedo la parodia a la gestión de la profesora Gordillo?
No son un gremio de insaciables, pero en la más reciente negociación salarial lograron 4.9% de incremento salarial, 1.5% de prestaciones 15% para la Compensación Provisional Compactable, 490 millones para formación y capacitación, 750 millones de pesos para nuevas plazas, 150 millones de pesos para tecnología, 100 millones para vivienda 350 millones para infraestructura, la creación de cinco centros regionales de excelencia académica, becas para estudiar en el extranjero y —por si hiciera falta—, todo el apoyo del gobierno de Felipe Calderón.
Pero los logros alcanzados en la más reciente negociación salarial, son nada frente a otros signos de lo “insaciable” de la camarilla que jefatura la profesora Gordillo. Como todos saben, el SNTE es no sólo un poderoso monopolio del sistema nacional de educación pública, sino que resultó intocable en la iniciativa de Reforma Laboral que presentó al Congreso el secretario del Trabajo, Javier Lozano. A pesar de eso, la señora Gordillo decretó que esa reforma está muerta.







La alianza electoral del SNTE y de la profesora Elba Esther con el entonces candidato presidencial, Felipe Calderón, le valió a la dueña del sindicato magisterial ocupar importantes posiciones en la propia SEP, en donde impuso no sólo su opinión para nombrar a la titular y luego al titular del ramo —Josefina Vázquez Mota y luego Alonso Lujambio—, sino que se despachó con la cuchara grande al imponer a su yerno como subsecretario. Todo ello sin contar otros jugosos puestos políticos, como el ISSSTE.
Pero tampoco ahí termina lo insaciable del humilde gremio de trabajadores de la educación. Vale recordar que el gobierno de Vicente Fox le regaló a su aliada y promotora —la señora Gordillo fue clave para hacer de Vicente Fox el fenómeno político electoral que fue, y artífice del voto útil—, la franquicia del Partido Nueva Alianza (Panal). Pues bien, el Panal es hoy uno de los partidos emergentes más importantes.
En elecciones como las de julio próximo —en muchas de las cuales el ganador surgirá de un resultado muy cerrado—, los partidos emergentes como el PT, Convergencia, PVEM y Panal, serán determinantes. Harán la diferencia. Pues bien, la señora Gordillo vende la franquicia de su partido político —que detrás tiene todo el aparato del magisterio y del SNTE—, al mejor postor. Los votos van a la urna del partido o candidato que decida la señora presidenta vitalicia del SNTE. Y claro, en términos generales se mueve en dirección a su aliado natural, el PAN y el gobierno de Calderón, y va contra sus adversarios del PRI.
La señora Gordillo está llamada a jugar un papel importante en la elección de julio próximo —donde se renovarán 12 gobiernos estatales—, pero su verdadera fuerza la veremos en la contienda presidencial de 2012. Y no, que nadie se equivoque, para entonces ya no estará con el PAN. Lo más probable es que le apueste al regreso de una de las dos versiones del PRI; la de Marcelo Ebrard, el candidato presidencial de la señora Gordillo, quien pondrá al servicio del jefe de gobierno del Distrito Federal, esa mina de oro político y económico que el SNTE, y su brazo electoral, que se llama Partido Nueva Alianza.
¿Y la educación? Señores, eso no le importa a nadie de la camarilla de la señora Gordillo. ¿Cuando un sindicato, del gremio que guste o mande, ha servido para beneficiar a sus trabajadores y —en el caso del gremio educativo—, a servido a su razón de ser, que es la enseñanza? Los poderosos sindicatos del sector público sirven para apuntalar el poder. Lo demás es demagogia. Por eso es un tiro de precisión el de Rafael Ochoa. ¿De veras el SNTE no es un gremio de insaciables? ¿Hasta cuándo?

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